CANTO II, ‘piedra, especialmente la empleada en construcción, o la suelta y redondeada a fuerza de rodar a impulso de las aguas’, de una raíz común a los tres romances hispánicos, de origen incierto, probablemente prerromano, y es verosímil que sea céltico.

1.ª doc.: Berceo, Duelo, 180b.

Además del cast., se usa todavía en gallego y se empleó en portugués clásico y gall.-port. antiguo1: lo emplea aún Cam?es (Lus. I, 91). De ahí deriva el nombre de la villa de Cantanhede, sede de concejo, unos 18 km. al NO. de Coímbra: aparece como Cantonetu (S. XIII) o Cantonidi desde 1129 y ya alguna vez Cantonied(i) en los SS. XI, XII, XIII, generalizándose Cantanhede desde el S. XIV, como documenta Silveira, RLu XXIV, 2132. Indica éste correcta y eruditamente que se trata de un colectivo en -ETUM derivado en definitiva del nombre de los cantos o pedruscos, y documenta bien la forma -ede en lugar de -edo, procedente de antiguas formas de genitivo en -ETI, vid. pp. 216-217; también explica bien Cantanhede, en vez de -onhede, como debido a la asimilación. Lo que ya no es correcto son los pormenores de su derivación, postulando un injustificable y fabricado lat. vg. *CANTONIUS. En realidad se trata simplemente de CANTO, -ONIS: caso bastante frecuente en que la secuencia õe, por influjo del primitivo en -o (pronunciación norteña de tipo gallego, en lugar de -ão), se concreta en -oede y la nasal velar se «normaliza» como ñ (nh) entre vocales, ayudando también el influjo de la vocal palatal contigua; hay relación con concreciones de la nasal, como minha < mĩa, ninho < nío NIDUS, engadir INNADERE, port. uma, alguma, gall. ua, algua < -ũa. El paso a -nh- se produce sobre todo en aumentativos femeninos en -onha (Cidadonha, Lagonha, Medonha) < õa (citas en su nota, p. 214), de donde luego la gran extensión que han admitido en gallego-portugués los adjetivos en -onho (guardonho, etc.) y aumentativos, como patonha ‘pata grande’, Torronha. El fenómeno es quizá todavía más frecuente en gascón (pero acordémonos de que gascón y gallego-portugués en la historia de la -N- intervocálica siguen exactamente el mismo camino), pues tenemos ahí cünhèra ‘cuna’ de CUNELLA (diminutivo), planha, planhèt de PLANUS, nhaute UNU ALTERU, y localmente nhebre ‘enebro’ etc.; vid. mi nota en Top. Hesp. II, 138: fué común al gascón y al gall.-port. antiguo canha ‘perra’ deriv. de ka CANE. En la propia toponimia portuguesa documenta Silveira (p. 217) Cantonha (Concejo de GuimerƟes), antes Cantonhe y Cantoni [S. XIII] procedente del femenino-aumentativo kantoa, sacado de cantón, y hay otro Cantoña en la provincia de Pontevedra. Desde luego, no todos los nombres en -onho, -onha se han formado así, pues siempre hubo casos como Ordoño, risueño, viduño, Toroño, Tajuña (TAGONIA), Santoña, Peruny y Soperuny en Ribagorza, y otros donde se trata de ‘bajo enormes peñascos’: -ONIUS u -ONEUS ya antiguos, latinos o célticos3. Los dos orígenes se sumaron. Pero un *CANTONIUS, como él reconoce, ni está documentado ni tiene verosimilitud alguna. Cat. cantal ‘peñasco’ ‘piedra arrojadiza’ [S. XIII: Jaime I]4. Levy cita oc. ant. cantal, pero sin documentarlo; hoy sólo se emplea cantau «pierre d’angle» en el Bearne, y en el sentido de ‘terrón’ en otra habla gascona de los Altos Pirineos. Además sic. cantuni, calabr. cantune «pietra mezzana da murare», «sasso... ad uso di lastricare strade», «grossa pietra per trebbiare», Marche canto ‘ladrillo’, pero faltan datos para decidir si en Italia es voz autóctona o importada.

En cuanto a la etimología, es común relacionarlo con CANTO I, pero el origen prerromano de esta voz no nos explica el sentido de canto ‘piedra’, pues en céltico le hallamos a aquélla acepciones relacionadas con la idea de ‘círculo’ que ya expresa en latín: bret. cant ‘círculo’, galés cant ‘aro, llanta, borde’. Sin embargo, como desde los orígenes del idioma se halla con frecuencia la ac. ‘piedra empleada en la construcción’ (en las Cortes de 1268, p. 78; 1.ª Crón. Gral., etc.), podría pensarse en derivarlo de la ac. ‘pedazo’ que a veces toma CANTO I partiendo de la idea de ‘extremidad’ (cast. cantillo ‘pedazo de pan’; FEW, 3). Pero el hecho es que canto ‘piedra arrojadiza’ ya sale en López de Ayala, y Berceo le da al parecer el valor de ‘losa sepulcral’5; cantal ‘piedra grande’ se halla también en Berceo, Mil. 808. Por todo ello es más probable que la ac. ‘piedra’ venga ya del original prerromano y que exista relación con las formas kanta y kantena documentadas en inscripciones del Sur de Francia, según indica Bertoldi, FEW II, 234n. 32; pero como es difícil que de ahí salga la ac. ‘círculo’, ‘orilla’, ‘ángulo’, hay que contar con la posibilidad de un caso de homonimia. Comp. CANTINA y CANCHO.

Pese a todo ello, en definitiva parece que hoy podemos dar por segura la etimología céltica, y en particular en cuanto al cat. cantal, pues la opinión más aceptada hoy entre los celtistas es que el galo cantalon significaba ‘pilar de piedra’6 y que καντενα significaba lo mismo, vid. J. Pokorny IEW 527.1-2; Weisgerber Spr. d. Flkelt.2, pp. 44 y 40. Por otra parte el irl. med. cét es ‘pilar redondo de piedra’, que ya existía en irl. antiguo, pues cétad ‘asiento redondo’ procede de un compuesto paleo-céltico *KANTO-SEDO- en el sentido de ‘asiento en un KANTO-’: precisamente de ese KANTO-, documentado desde los orígenes goidélicos, vendrá, en su forma celtibérica, el cast. canto. Cf. también cat. merid. cantera ‘risco que forma una cumbre pétrea prolongada’ (oído en todos los pueblos del bajo Ebro).

DERIV.

Cantal [Berceo]; cantalinoso. Cantero [h. 1300: Gr. Conq. de Ultr.]; port. y gall. canteiro ‘cantero’ y ‘escultor en piedra, especialmente el de arte popular’ («a enxebreza dun canteiro de aldeia» Castelao 128.23, 128.2, 128.16, 129.10, 129.13, etc.); cantera [S. XV: Crón. de Juan II]; gall.-port. canteira (Castelao 41.18, 128.7); cantería; gall. canteiría7; canteril. Cantazo. Cantear salm. ‘apedrear’. Cantillo ‘piedrecilla con que juegan los muchachos’. Cantizal. Cantorral.

1 «Tal consello preseron que eno mar o deitassen, e un canto lle poseron odeito aa garganta», «tantos deitaron pos el de cantos...» Ctgs. 193.16, 102.58, 249.28, 355.55, 358.2.―

2 Cantanhede fué desde fecha remota el mayor centro de explotación de cantería blanca y piedra calar de toda la Beira, y las canteras de AnçƟ y Outil, allí cerca, son célebres en todo Portugal (p. 215).―

3 Otros ejs. en Alcover; además J. Roig, 8170, 10095. Según los datos de aquel diccionario es palabra muy empleada en todo el País Valenciano y zona catalana de Aragón. Tengo, efectivamente, datos de los partidos de Alcoy, Albaida y Alzira, pero además se emplea en Sarroca (Pallars: Violant, Butll. del C. Excurs. de Cat. XLVII, 16), y las antiguas Crónicas de Desclot y de Pedro el Ceremonioso corresponden más bien al catalán oriental.―

4 En particular, lo numeroso de los nombres de lugar en -oño en Galicia (sobre todo en la provincia de la Coruña, V. la larga lista de Silveira, p. 219) forma un conjunto de aspecto prerromano: entre éstos los celtismos quizá se acerquen a la mitad y buena parte de los demás serán romanismos antiguos en -ONIUS.―

5 «Non sabedes tanto descanto / que salgades de so el canto» dicen los guardianes judíos dirigiéndose a Jesús sepultado.―

6 Así entre otras en la inscripción de los Eduos, tan discutida, «Iccauos Oppianicnos ieuru Brigindoni cantalon» (que yo entendería ‘Icavo hijo de Opiano regala [dedica] ese cipo o pilar a Brigindon’), cf. Holder I, 745; y en la Sierra del Cantal auvernesa.―

7 «Unha gran obra de canteiría» Castelao 129.6.